Kamchatka, un sitio remoto, desconocido, ubicado en algún lugar del mapa: el lugar preciso "desde donde resistir".
Resistir es también la estrategia que ponen en práctica en la vida los protagonistas de la película de Marcelo Piñeyro. Transcurre el año 1976 y Argentina ya está sumida en plena dictadura militar; socios, amigos y vecinos son desaparecidos y cualquiera puede ser el próximo en ser llevado para no volver. Lejos de ser una película política o panfletaria, Kamchatka (2002) toma este contexto como punto de partida de una trama que se centra en la vida cotidiana de una familia que se siente amenazada y decide esconderse. Sin demasiados preámbulos y explicaciones, ni motivos declarados, madre (Cecilia Roth), padre (Ricardo Darín) y sus dos pequeños hijos parten hacia algún rincón de Buenos Aires.
De principio a fin, el relato está construído desde el punto de vista del mayor de los hermanos (Matías, de diez años); es su voz en off la que narra situaciones y revela pensamientos. Hechos históricos y referencias concretas a la realidad argentina quedan en segundo plano para dar paso a la mirada del chico, a su aprendizaje a través de los juegos y la lectura, a su percepción de un momento doloroso que es el umbral hacia la madurez.
Se pueden ver los 7 primeros minutos en este vídeo: